domingo, 17 de julio de 2016

Actitud y Perseverancia

Un Líder es una persona Perseverante


La perseverancia marca la diferencia entre Fracaso y Éxito

Cuando hablamos de liderazgo siempre pensamos en una persona que, al margen de otras cosas, suele tener una habilidad evidente a la hora de delegar, de planificar, de gestionar el tiempo, de saber controlar y utilizar con inteligencia sus emociones.
Dentro de todos estos conceptos muchas veces se nos escapa o se diluye lo que debe significar perseverar para lograr los objetivos o las metas que nos hemos propuesto.
La perseverancia: cuestión de actitud.
Si quieres ser un líder fuerte, debes ser perseverante y cuidar tu actitud. La actitud es muy importante, no hay nada más poderoso que una actitud de “sí se puede”.
Tu actitud puede convertirse en un multiplicador de fuerza poderoso que influye en tu productividad, eficacia y en la opinión que los demás tienen de ti. Tu actitud de líder puede tener un resultado poderoso, no tan solo en tu equipo sino también en toda la organización. De hecho, todas las organizaciones son un reflejo de la actitud de sus líderes. Por lo tanto, resulta importante recordar que los líderes son responsables de sus actitudes.
Para ser un líder perseverante, debes tomar decisiones a conciencia cuando seleccionas tus responsabilidades claves: tiempo con tu familia, acondicionamiento físico, trabajo diario y así sucesivamente. En vista de que el tiempo es esencial para un líder, debes apreciarlo y protegerlo. Siempre tienes que recordarte que ¡si no puedes llegar a tiempo, tienes que llegar temprano! Esto quiere decir que no tienes que buscar excusas para hacer no hacer algo, sino buscar el tiempo y programarlo bien.
No tires la toalla
Tirar la toalla significa darte por perdido, renunciar a continuar la lucha, abandonar. Puede ser que a veces en la vida que por más que intentes algo, te da la sensación que no lo vas a conseguir y para no desgastarte de forma excesiva lo mejor es abandonar la lucha y tirar la toalla y centrar tus esfuerzos en buscar una alternativa al anterior objetivo no logrado.
Las cosas difíciles son difíciles de conseguir y requieren un esfuerzo especial para conseguirlas, pero cuando lo haces, el premio y la satisfacción son mucho mayores. No abandones al primer intento.

El consejo que te puedo dar es que si has lanzado muchas veces la toalla en tu vida, ponte en tu cabeza que ya no tienes más toallas para tirar, que has lanzado todas las tollas que tenías en reservas, y que no te queda ni una. Ahora debes esforzarte en luchar por tus objetivos.